MAGNUM 44: "Mil años de oración", cine íntimo sin artificios

En “Mil años de oración” no pasa nada, pero ocurre todo. Los silencios hablan y las palabras causan silencio. La historia es la del señor Shi, un jubilado chino que viaja a Estados Unidos donde reside su hija Yilan, que se ha divorciado de su marido. El encuentro entre ambos será difícil, pues les separan distintos modos de ver las cosas.Este argumento encuentra origen en un relato corto de la escritora pekinesa, afincada en Estados Unidos, Yiyun Li. Partiendo de este material, guionizado por la propia Li, el realizador Wayne Wang construye una poderosa historia con el único arma de la desnuda sencillez, y ahí es donde el director honkonés se revela con un pulso maestro. Alejado de las artificiosas producciones en las que se encontraba preso estos últimos tiempos (ej. “Sucedió en Mahattan”), “Mil años de oración” es directa y concisa, cine al natural. En ella Wang planta su cámara frente a los actores y deja que éstos desmenucen la narración, sin excesos, ni florituras técnicas. Sin un especial tratamiento de la luz o el encuadre. Porque lo que importa son los sentimientos y la revelación de estos sin otra apoyatura que la estupenda banda sonora de Lesley Barber que, en contados pero claves momentos, subraya sin estridencias lo que se está narrando.Así, al igual que el señor Shi desmonta en el filme unas desordenadas muñecas rusas de su hija, Wayne Wang nos va desgranando los secretos de las vidas de los dos protagonistas, sin estridencias, a lo largo de unos pausados pero espléndidos ochenta minutos.
El filme (aún en cartel) fue justamente premiado en el Festival de cine de San Sebastián con la concha de oro y su protagonista, Henry O., con la concha de plata. Y es que sin la naturalidad interpretativa de la pareja actoral principal, pero especialmente la del citado Henry O., la cinta sería otra, muy diferente, pues la película son él y Feihong Yu, ellos y nada más que ellos.
Mil años de oración” es una reflexión sobre el lenguaje y la capacidad de expresar, sobre la incomunicación, la represión y la libertad, sobre lo que condiciona la vida, sobre lo que pasa sin poder evitar que ocurra, sobre las decisiones, los anhelos y la universalidad del ser humano. Feliz reencuentro pues con el más fundamental y acertado autor que fue de cintas como “Cómete una taza de té” o “Smoke”.
By Harry Callahan (más cine en www.cinemagnum44.blogspot.com)
TÍTULO ORIGINAL: “A thousand Years of Good Prayers”
WEB OFICIAL, DATOS TÉCNICOS Y TRAILER: http://www.karmafilms.es/milanosdeoraciones/
NOTA: 8/10

Comentarios

Montiel de Arnáiz ha dicho que…
No conocía de tus gustos por el cine oriental. A mí me encanta, aunque a veces me parece demasiado intimista y cadencioso -vamos, que me duermo- aunque creo que gente como Ang Lee -tan genial como heterodoxa- hacen extensible el disfrute a más gente que la que asocie el cine chino o japonés con Jet Li o Jackie Chan.

Y si nos vamos a los clásicos... AHHHHHHHHHHH!!!!

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