ESEMESEANDO

Publicado en La Voz el 2 de enero de 2011
Desde hace unos pocos años, coincidiendo con el auge de la era de la tecnología en los móviles, recibimos en nochevieja decenas de mensajes de texto -sms, para que nos entendamos- de distinta variedad. Algunos son crípticos y comedidos, suelen consistir en un «Feliz 2011», que ha de parecer suficiente a los remitentes. Otros, más en la línea de la dramaturgia decimonónica, te relatan lo mucho que te aprecian, lo que desean que todo te vaya bien y que el clima mejore. Hay quienes se decantan por el conservador «Virgencita, que me quede como estoy» y los que relatan sus problemas para empezar el año, como mi amigo Juanito, que desde Galdácano me felicitó el año del siguiente -y habitual- modo: «Feliz año nuevo brother, brindo con almax». Están también los mensajes de texto pesimistas, tal que este que recibí a las 21.58 horas: «Es complicado mejorar un año tan malo». Mis favoritos son los «ese-eme-eses» que destilan ingenio y crítica social, como éste: «El portal embargado, José en paro, María en la esquina, el niño de botellón y los Reyes en Comisaría. Así que feliz 2011, que esto no lo arregla ni Dios». Este sms, que seguramente les parezca de sal gruesa y poco apropiado, glosa en un pispás problemas que gravan y acucian a la sociedad como la falta de apoyo de la banca, el desempleo, la prostitución, la juventud, la inmigración y la religión. Estamos preocupados, es la verdad. La cosa -que dirían los clásicos- no furula -que dirían los modernos- y los mensajitos vuelan por el espacio aéreo español sin que los controladores puedan hacer nada. Luego está la facción ahorradora o loperística, que es aquélla de la gente que no se gasta los nueve céntimos del mensaje y envía felicitaciones por medio de redes sociales, tal que el Facebook. Es de agradecer que alguien que no te manda ni un mail en todo el año, se acuerde de uno por estas fechas. La intención es lo que cuenta. Y hablando de intenciones, yo me pregunto qué se felicitarán los políticos entre sí. ¿Le habrá dicho ZP a Rubalcaba algo así: «Feliz 2011, éste es tu año»? ¿Sabrá Rajoy, que es más antiguo que una enagua de tricot, usar la BlackBerry?
Y así pasó la velada de nochevieja, enviando, leyendo y contestando sms sin cesar, que casi no me dio tiempo de comer las uvitas con tanta ocurrencia. Lo que a nadie se le ha ocurrido es lo que voy a hacer yo ahora: felicitarl el año con un sms desde mi artículo: «Les deseo un feliz 2011 a todos mis lectores. Que sigan teniendo salud para ir a la papelería, dinero para comprar este diario y alguien que les espere a la vuelta a su hogar». Ahí queda eso.

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